Exoesqueleto en planta de arco y nervio.
Proyecto realizado por Tomás Villalón.
Enfrentar un terreno con pendiente implica dos grandes desafíos. En primer lugar, entender la altitud como una singularidad positiva que otorga mirada y jerarquía dentro de un suelo, y en segundo lugar, la posibilidad de generar nuevos suelos para el habitar, permitiendo un dialogo entre el nuevo suelo horizontal y la pendiente natural.
El suelo es quizás el
gran desafío del nuevo proyecto, dado que implica entender el valor del lomaje,
la vegetación y las vistas como cualidades que deben condicionar la nueva
intervención.
El proyecto propone
entender la preexistencia, y trazar el nuevo cuerpo arquitectónico tocando el
suelo con intervenciones puntuales, dilatando los edificios para que escurra la
loma, la pendiente, la vegetación, el viento y la fauna presente de manera
natural en el sitio.
Entendiendo esta
condición, se plantea reforzar la vegetación del lugar, con la idea de
potenciar las diferencias de los diferentes rincones del sitio. Algunos con
altitud, otros sumidos en la vegetación, unos expuestos a la calle, otros con
la calma interior.
Como si fuera una
rama que busca el sol, un recorrido lineal y quebradizo, el proyecto busca
encontrar los claros de luz y vista, encontrando la particularidad del rincón
en la loma cambiante y el sol en movimiento.
PLAN
Tomar posición y orientación en
el terreno es la primea operación arquitectónica.
En primer lugar, la dirección de
un recorrido capaz de dispersar otorgando valor a los diferentes momentos del
predio, entiendo que sus direcciones, pendientes, masas arbóreas y vistas,
determinan condiciones particulares en cada rincón del predio.
Su valorización como condición
única es una línea de trabajo, y para ello se despliega el proyecto como una
rama, un conjunto de vectores con pendientes suaves que permiten recorrer el
predio llegando a sus rincones de mayor valor, con ello distinguir las vistas,
las depresiones, los puntos altos y generar diversidad en un lomaje irregular y
variado.
La rama se ordena empleando un
vector materno paralelo a la cota, y desde su fundación se despliega un
conjunto de piezas complementarias y tributantes que permiten irrigar el predio
con senderos de madera en altura, que operan despegados del suelo, logrando un
despliegue que irriga el sitio con proximidad y cercanía.
El plan se estructura en etapas,
permitiendo que se funde con el espacio común, y luego se complementen en
etapas sucesivas los refugios.
INTERIOR
Situar para cobijar parece ser el
primer acercamiento al sitio.
En medio de un sitio de gran
pendiente, vegetación abundante, y notables vistas al valle, la primera
decisión es la necesidad de generar un interior de dimensiones nobles y tamaños
adecuados al paraje.
Por ello, el vacío se repliega
para configurar un espacio centrípeto, que tiende al centro, a la quietud, al
resguardo. A su vez, esta quietud necesaria, se potencia con la particularidad
de mayor valor del lugar, la luz y las vistas del valle.
La luz de nada sirve si no hay
penumbra o control, y vistas tampoco emergen sin proximidad.
Para ello el espacio se repliega,
tal como lo hace una hoja: un orden simple, austero, que permite generar
dirección: un interior compensado entre la dirección axial del orden de la
planta, y la vocación de permanencia que a su vez define la geometría.
PENDIENTE
La pendiente del cerro genera 2
cosas. Altitud, lo que permite ganar horizontalidad por despeje, y a su vez
establecer una relación de suelos con la topografía: habrá siempre un enfrentamiento
entre el suelo inclinado y el nuevo suelo que ha de fundarse para habitar en la
quietud de la horizontal.
Esta condición define 3 opciones.
La primera es edificar en un
nivel descolgando el cuerpo arquitectónico hacia el vacío, lo que implica una
desmesurada ganancia de altitud en el extremo mas lejano a la pendiente.
La segunda es edificar en un
nivel y adentrarse en la topografía, lo que supone a priori romper el cerro,
hiriéndolo y modificando su lomaje, quizás uno de los atributos más nobles del
sitio.
En tercer lugar, lo que parece lo
mas acertado, comprimir el volumen en dos niveles, logrando con ello ajustar su
longitud y coordinar de manera mas precisa la altitud y horizontalidad del
cuerpo arquitectónico.
Compactar a su vez permite
definir dos estratos en el edificio, lo que podría entenderse como un preciso
sistema de accesos. De este modo un nivel se puede estructurar como plataforma
de acceso y espacio exterior, y otro
nivel de mayor privacidad y resguardo.
LA TECNICA
Desde el punto de vista técnico,
se propone un conjunto de edificios de pequeña escala desarrollado con piezas
pre cortadas en seco, y montadas en obra mediante rápidos ensambles y uniones,
que permiten abaratar el tiempo de mano de obra.
La madera es pretratada para
evitar que su exposición a los cambios de temperatura transforme sus
propiedades mecánicas. Estos sistemas ya han sido probados por nosotros,
logrando resultados perfectos en términos de resguardo del material con
garantía de fabricación.
La estructura se desarrolla
mediante piezas de madera cortada en aserradero, pretratadas, y como
revestimiento, se emplean maderas inertes fruto de aleaciones de material
natural con productos de sellado interno que deshidratan y sellan el material,
dejándolo con gran rendimiento y respuesta a la intemperie.
Tanto muros, como pisos y cielos
se desarrollan en estructura de madera, y de manera complementaria se utilizan
tabiquerías de cristal termopanel permitiendo que el edificio tenga óptimos
rendimientos en términos energéticos.
Se propone un edificio mecano,
producido y cortado en seco, y montado en terreno en pocas semanas, permitiendo
con ello abaratar costos de mano de obra y logrando importantes ahorros en
tiempos de ejecución.
INVIERNO
El proyecto propone
un edificio separado del suelo, logrando con ello un cuerpo autónomo desde el
punto de vista energético y térmico. El paso del viento y el escurrimiento de
agua permiten liberar el volumen de compromisos de transmisión de humedad y
riesgos de ingreso de agua.
El nuevo cuerpo se
propone como un espacio que combina zonas abiertas y cerradas, logrando contar
con áreas de esparcimiento y apoyo desde el punto de vista funcional y térmico.
Estos espacios se proponen como áreas de sombra que permiten controlar el
ingreso de radiación en meses de verano. En invierno, la inclinación del sol
logra ingresar al interior de las áreas vidriadas permitiendo alzas en la
temperatura por efecto invernadero. Esta captura de temperatura permite mejorar
las condiciones térmicas en los meses fríos. Mediante el empleo de colectores y
paneles fotovoltaicos se propone hacer uso de la radiación para ahorrar energía
en los sistemas de agua y electricidad.
VERANO
Se propone un
edificio completamente abierto en meses de verano, lo que permite ingreso de viento
refrigeración y disminución de temperatura en meses de calor.
A su vez el
proyecto cuenta con un sistema pasivo de celosías que permiten controlar el
ingreso de radiación directa en meses estivales, con ello se permite el ingreso
de luz natural pero no de radiación directa, agente critico en el alza de
temperatura de los espacios interiores.
Las áreas
exteriores protegidas mediante aleros y celosías, a su vez, permiten que el
proyecto disponga siempre de espacios de control que anteceden los espacios
nobles del refugio.